El tópico ilustrado «la verdad nos hará libres», de origen bíblico, condensa uno de los pilares fundamentales de la cultura occidental, y además es uno de los sustentos ideológicos de nuestros actuales sistemas e instituciones educativas, sociales, políticas, científicas, jurídicas, etc. Sin embargo, en el complejo contexto vital de nuestras sociedades, cabe plantearse hasta qué punto «la verdad» es importante y sustancial para nosotr@s, y qué papel juega en nuestras vidas (si es que juega alguno). ¿Qué es «la verdad» (en caso de que algo así exista)? ¿Qué relación guardan nuestras vidas con «la verdad»? ¿Realmente «la verdad» tiene algo que ver con la libertad? ¿O más bien su búsqueda nos lleva a la ruina?
La sintomática relevancia de la mentira, de la ficción, de la trampa, de la infidelidad, etc., podría hacer que nos planteásemos hasta qué punto el error o la falsedad se colocan en el centro de nuestra existencia, con tan patente intensidad (o incluso mayor) que nuestro supuesto deseo de verdad y veracidad. Y sin embargo, con relación a «la verdad», ¿podemos renunciar al cálido sabor de su placebo, a la poderosa idea de su promesa?
Próximos temas:
9 de marzo: ¿Soluciones a la paradoja económica mundial?
16 de marzo: España... ¿Quién será esa?
23 de marzo: ¿Por qué me gustan tanto los detectives privados?
30 de marzo: Cosas de las que es mejor no hablar
No hay comentarios:
Publicar un comentario