Levrero da rienda suelta a sus angustias, sus fobias existenciales, su sensación de inutilidad de todo, describiendo este mundo amenazante, incomprensible, a veces de carácter onírico-freudiano: vuelven las esquivas y bellas mujeres, rodeadas de perros agresivos, acompañadas esta vez de ángeles…
Las imágenes que crea Levrero son poderosas; aunque me costaba encontrarse el humor, a ratos conseguía angustiarme bastante.
Este libro me parece una interesante curiosidad. Sé que disfruto más con el realismo, con la creación de tramas y personajes, pero, de vez en cuando me sientan bien estos aires distintos, raros, perturbadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario