23 de noviembre de 2020

El barón rampante de Italo Calvino


Club de Lectura "Frankenstein". Miércoles mañana
Del 25 de noviembre al 9 de diciembre
1ª sesión hasta la página 121
2ª sesión hasta el final


Cuando tenía 12 años, Cósimo Piovasco, barón de Rondo, en un gesto de rebelión contra la tiranía familiar, se encaramó a una encina del jardín de la casa paterna. Ese mismo día, el 15 de junio de 1767, encontró a la hija de los marqueses de Ondarivia y le anuncio su propósito de no bajar nunca de los arboles. Desde entonces y hasta el final de su vida, Cosimo permanece fiel a una disciplina que el mismo se ha impuesto. La acción fantástica transcurre en las postrimerías del siglo XVII y en los albores del XIX. Cósimo participa tanto en la revolución francesa como en las invasiones napoleónicas, pero sin abandonar nunca esa distancia necesaria que le permite estar dentro y fuera de las cosas al mismo tiempo.


información entregada aquí

1 comentario:

Viaje de ida dijo...

Jueves Mañanas dijo:
Prácticamente, hubo unanimidad a la hora de considerar la novela como una gran obra : con vocabulario muy rico, magníficas descripciones, pasajes muy poéticos y bellos como la imagen de la pompa de jabón en la boca de la madre muerta; y muy actual(gran canto a la naturaleza, decepción al ver como era entonces y en lo que los hombres la hemos convertido), para alguno de los lectores Cósimo es un gran “indignado” de nuestro tiempo.
Novela con gran sentido del humor, imaginativa, fantástica, de aventuras, aunque a diferencia de éstas, El barón rampante transcurre en un lugar y tiempo concreto.; casi una novela histórica. Para dos de los lectores es precisamente la parte histórica relativa a las guerras Napoleónicas, con esas grandes pinceladas, dónde decae un poco el interés de la novela.
Narrada de forma lineal, sin embargo, cada capítulo podría haber sido un cuento independiente: la historia del bandido, Viola y sus amigos, los piratas …Narrada en tercera persona a través de su hermano pequeño, permite al lector saber desde el principio de la novela que esa decisión que Cosimo toma con 14 años la va mantener a lo largo de toda su vida. Levantando con este estilo muchas expectativas en el lector por lo que va a devenir.
Lectura amena, divertida, que va llevando al lector etéreamente por sus páginas lo mismo que su protagonista se desplaza por sus árboles.
Alegoría de los personas que huyen de la realidad, elevándose física y psicológicamente asistiendo a la historia desde la altura, viendo la realidad de forma diferente a los que vivimos a ras de tierra. Con una gran observación e interés por la realidad, solventando las dificultades, adaptándose al medio y demostrando lo poco que se puede necesitar para vivir.
Aunque El protagonista elige vivir en soledad , sin embargo, no es un personaje solitario, busca las relaciones humanas en todas las situaciones, tiene amigos de todos los estratos sociales; en realidad la soledad es patente en todos los personajes de la novela aunque vivan rodeados de otras personas.
Este adolescente solidario, que elige salirse fuera de las normas familiares y sociales establecidas, adopta una postura que llevará a cabo hasta sus últimas consecuencias, tomándole la sociedad como un loco, como a todas aquellas personas que se salen de lo establecido, dice su hermano: “mejor loco que no imbécil” con un final que no podría ser de otra manera, se va por los aires, no permitiendo de ese modo que su cuerpo regrese a la tierra. Con un gran epitafio en la tumba familiar: Cosimo Piovasco di Rondó- vivió en los árboles-Amó siempre la tierra-Subió al cielo
La novela crítica la conciencia de la sociedad establecida, crítica esa forma vida,
demostrando que siempre podemos aprender de las cosas que a priori rechazamos.
Son muchos los temas que toca la novela : morales, políticos, religiosos, seculares, el poder, el amor,:” ¿Tú crees que el amor es dedicación absoluta, renuncia a uno mismo…
_No puede haber amor si uno no es uno mismo con todas sus fuerzas.
-Pues entonces sé tú mismo solo.
-pero entonces ser yo mismo ya no tiene sentido.
Finalmente, todos han destacado ese magnífico final, en el que Calvino enlaza la escritura con los sentimientos.